jueves, 18 de abril de 2013

Caminante

Verte. Y notar como cambia todo alrededor. Tal vez sólo para mí.
Pero las luces parecen más tenues. Tu andas despacio, con esa sonrisa tan tuya, el pelo al viento, y con esa mirada que lo dice todo. Y hasta me parece que vienes hacia mi.
Por un momento, es como si el mundo se hubiese parado, y solo estuvieses tu viniendo hacia mi. Tu olor se mete por mi nariz, y llega dentro, por los pulmones, por el corazón, a través de la sangre, al cuerpo entero. Hasta el estómago se queja.

Te noto acercarte con cada fibra de mi ser, cada célula de mi cuerpo te reclama. Comienza a parecer insoportable la distancia que nos separa. Y es que a veces unos pocos centímetros pueden parecer kilómetros.
Y eso que ya casi nos rozamos. 

Y sin saber por qué, sin saber como evitarlo, continuas andando. Y lo que antes parecían Kilómetros de distancia, resultaron ser años luz. Porque te veo andar despacio, sin prisa, con esa sonrisa tuya pintada en la cara, con esa mirada intensa y a la vez distante. 
Caminas hacia tu camino. Y tu olor se va contigo. Y los recuerdos, y las sensaciones. Incluso algo de mí se va contigo.
Pero yo no soy el destino de tu caminar.

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