domingo, 13 de mayo de 2012

te quiero, pero te quiero libre



El amor, el amor se está convirtiendo en costumbre.
La gente no está con su pareja porque la quiere, esta con ella porque la tiene cerca constantemente.
Si quieren a alguien,es porque está cerca, disponible, pendiente de cada sentimiento y de cada acción.
Simplemente, porque amar a alguien que esta lejos es difícil, duele,te hace llorar.

Y por eso, la gente ya no se fía de los demás. Porque para fiarte de alguien, tienes que saber qué siente. Y si lo sabes, no te importa que este lejos, porque sabes que cada pensamiento suyo es para ti.
Sin embargo, si ese sentimiento es por proximidad, en cuanto este lejos de ti estara cerca de otra persona. y no pensara más en ti. Y no te provocará dolor, o tristeza. Simplemente, culparás a esa persona o a sus circunstancias de que las cosas hayan salido mal, cuando en realidad la culpa, si es que existe, es de ambos.

Por eso, el amor más grande que una persona puede experimentar, es ese que está lejos. Pueden ser kilómetros, o tal vez años luz. Pero es amor. Amor fuerte, sincero, correspondido. Es ese amor que pase lo que pase nunca se va a morir.
Por eso, aunque estés lejos, te quiero. Te quiero porque veo tu sonrisa, porque sueño con tu mirada. Te quiero porque recuerdo tu forma de caminar y porque el viento me trae tu olor.
Vuela, cumple tus sueños, brilla como una estrella en el firmamento. Que yo te miraré cada noche. Y te esperaré cada mañana.

Que triste, que triste que nadie lo pueda entender.
que yo no te quiero cerca. te quiero libre

1 comentario:

  1. Reconozco tu voz excitada. Tu mirada viajera por todos mis rincones. Tu sonrisa que disfraza intenciones más explicitas. El susurro es la llave y una pequeña caricia con la lengua es el último giro para abrir la puerta. Las manos recorren todo el camino hasta conocerlo de memoria. Los dientes se afilan y muerden, se afilan de nuevo para la próxima dentellada. Los labios son el oráculo del deseo, allí donde ponen su marca es donde se esconden los mejores tesoros. El cuerpo va girando descubriendo y conociendo cada postura. Es una búsqueda sin perdidas. Todo gira con un sentido único hasta la extenuación. Y cuando el cuerpo se detiene en su propia cumbre de placer cae y suspira repasando todas las huellas con una sonrisa en la cara.
    El compromiso sólo es un sentimiento de apego, una red de seguridad. Las personas pueden tener las mismas relaciones unas con otras sin necesidad de delimitarse con fronteras invisibles. ¿Acaso nos enfadamos igual si nuestra pareja nos es infiel que si cuenta antes un problema a un amigo que a nosotros mismos? La monogamia es hipocresía. El sexo, la confianza, la diversión, las vivencias,… requisitos y aspiraciones que buscamos en una pareja. Se suele decir busco alguien con quien pueda compartir todas esas cosas y están ahí, en cada uno. La diferencia somos nosotros y nuestras preferencias y como queremos apropiarnos de sentimientos caducifolios. La realidad de las relaciones es que somos nosotros mismos, dos personas no están juntas si no quieren, yo quiero y tu quieres ¿en qué momento pasa a convertirse en nos queremos como algo excluyente? Aquello que excluye la propia realidad, la diversidad de sentimientos que experimentamos continuamente y que no afrontamos por clichés, miedos, fronteras invisibles que nos marcamos como un seguro para nuestra propia satisfacción y consuelo, ya tengo alguien esperándome, a pensar en otras cosas. Se suele decir que un buen amigo es el que cuida de ti sin esperar nada a cambio, entonces el autentico amor, el amor no egoísta, ¿es aquel que se tiene sin esperar nada a cambio? Aquí existe un error pragmático ya que si uno de los dos no quiere ser amigo o amar al otro no puede existir una relación basada en la amistad o en el amor. Pero a pesar de esto elegimos y nos relacionamos con varias personas con las que aspiramos a llegar a tener estas relaciones sin ningún éxito. A veces quieres tu, a veces quiero yo,… esto está a la orden del día, por lo que el círculo se reduce a las veces que se coincide. Y se tiende a pensar que esto es lo correcto, ya que si dos personas son felices la tendencia es que se junten, pero los sentimientos son volubles y cambiantes. Acaso no sucede también con total normalidad y continuamente que el quieres tu o quiero yo se convierte en queremos los dos cuando esas personas se encuentran en otro momento de su vida, o que dos personas que deciden no continuar viéndose retoman su relación más adelante con otras perspectivas totalmente opuestas a las que las separó. Las fronteras y responsabilidades que marcamos en las relaciones vienen de la necesidad de apego, de tener a alguien siempre dispuesto a escucharte, la soledad es la realidad del ser humano la sociedad es su necesidad. ¿Qué pasa cuando estas responsabilidades relacionales pasan a ser una carga? ¿Deja de ser verdad cuándo no lo eran, cuando encontrabas sentido al momento que vivías, que compartías? Marcamos esas pautas porque realmente es duro estar totalmente expuesto al hecho de que no somos constantes y de que empezar e introducirnos constantemente en relaciones que nos impliquen de lleno desgata, ya que no todas comienzan, no continúan, no evolucionan como nos gustaría. De ahí el sentido de vivir el momento, no como depreciación del desarrollo o el sentido de un proceso sino como la liberación de la imposición de esas fronteras invisibles que no son reales y casi siempre declaración de conformistas acobardados y acomodados.

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